La nevada histórica de la década no es más que un recordatorio de lo que implica conducir en condiciones metereológicas muy adversas con frío.

Se pueden poner todo tipo de medios preventivos para que las carreteras sean transitables, pero todo tiene un límite, sobre todo si se trata de una nevada muy extendida en el tiempo y si no suben las temperaturas. Primero la nieve es muy bonita, pero luego se convierte en un problema, sobre todo cuando se convierte en hielo.

Neumáticos:  Son uno de los factores más importantes cuando se circula sobre nieve o nieve/hielo. Lo más normal es circular con neumáticos de verano, los cuales funcionan fatal con frío y con nieve/hielo. Las cadenas son un simple remedio paliativo. Actualmente no solamente hay cadenas metálicas, las más eficaces, hay alternativas de instalación más cómoda o más económicas como las cadenas de spray, de tecla, de araña… Son soluciones provisionales y con distinto grado de eficacia. Para lidiar con estas condiciones no hay nada como usar neumáticos de invierno.

En cualquier caso, la conducción tiene que ser mucho más suave y anticipativa. Hay que conducir pensando en que los frenos van a tardar mucho más en detenernos, y que cuanto más progresiva sea esta, mejor. El ABS saltará con mucha facilidad. También hay que estar preparados para que puntualmente la dirección no obedezca, todo depende de las condiciones, neumáticos y su estado.